Seleccionar Idioma

martes, 23 de octubre de 2018


DÍA DE LA BIBLIOTECA
          Cada 24 de octubre, desde 1997, celebramos el Día de la Biblioteca. Ésta efemérides se estableció desde que vivimos el horror de la destrucción de la hermosa biblioteca de Sarajevo en 1992. Me pide el director de la Biblioteca Pública Municipal de Palma del Río, Antonio León Lillo una aportación a la historia de nuestra biblioteca. Sin duda alguna, tenemos el privilegio de contar con una extraordinaria biblioteca ubicada en la Casa de la Cultura en pleno centro de la ciudad. ¿Siempre fue así? No.
Instalaciones de la actual Biblioteca Municipal
          Los libros, y más aún, una biblioteca, un lugar donde se reúnen un gran número de libros ha sido un privilegio desde las grandes civilizaciones hasta el siglo XIX. Las bibliotecas archivos de Mesopotamia, del antiguo Egipto, de la Grecia clásica, las legendarias bibliotecas de Alejandría, Pérgamo; la Octaviana y la Palatina en Roma, hasta llegar a las grandes bibliotecas de la Iglesia Católica forman parte de nuestra memoria y admiración mítica.
          La Biblioteca Nacional de España creada en 1711 por voluntad del joven rey Felipe V, fue promovida por aquellos hombres del entorno cultural del cardenal Portocarrero nacido en Palma del Río. Portocarrero mostró una seria preocupación por una revisión de la historia de España alejada del cronicón y para ello contó, entre otros, con Juan Ferreras, uno de los fundadores de la Real Academia Española en 1713 y bibliotecario mayor de la Biblioteca Real desde 1715.
          Los conventos de las órdenes religiosas dominicos y franciscanos fundados en Palma del Río poseían sus propias bibliotecas conformadas desde el siglo XVI. Tras la desamortización de 1835 los fondos bibliográficos se dispersaron custodiados por la propia orden o recogidos en bibliotecas provinciales, pero eran libros de materias religiosas, en su mayoría poco instructivos para un cambio social. En el apartado de biblioteca de origen religioso, no podemos olvidar, la excelente biblioteca del sacerdote palmeño José Rodríguez Jiménez, el cura Colino, auténtico coleccionista de libros antiguos y autor del Catecismo palmeño.1 Sus fondos fueron heredados por su sobrino José Rodríguez Durán.
          Por otro lado, hemos de referirnos a las escasas bibliotecas privadas en nuestra ciudad, entre ellas, en un primer momento la biblioteca y archivo de los condes de Palma, que terminaron sus días en el archivo de la casa de Híjar en Teruel; hoy sus fondos documentales están depositados en Zaragoza. En las bibliotecas de la emergente burguesía terrateniente, escasa pero loable, destacamos la que acumuló la familia de Félix Moreno Benito, y muy especialmente su hijo, Félix Moreno Ardanuy quien tras estudiar en Alemania y Francia, acumuló libros españoles y extranjeros en varios idiomas. El propietario, junto a Manuel Serrano del Cid, se animó a escribir un pequeño trabajo de investigación ganadera llamado, Filosofía taurina.2 Esa biblioteca se conservó en la finca de La Vega, donde el poeta Federico García Lorca pudo comprobar el atractivo de sus volúmenes.
          Ese era el panorama privado de las bibliotecas palmeñas que podíamos contar con los dedos de una mano. Las ideas de la Ilustración del siglo XVIII, los principios liberales recogidos desde la Constitución de 1812 y el anhelo de popularizar la educación, los libros, los lectores y sus lecturas para erradicar analfabetismo e ignorancia tardarán aún muchos años hasta llegar a Palma del Río, un pueblo con una enorme masa social trabajadora que apenas pudo acceder a la escuela y menos a una biblioteca.
          Los regeneracionistas del siglo XIX, por más que lo intentaron, no lograron un ambicioso proyecto de bibliotecas populares y no será hasta entrado el siglo XX cuando comience un lento proceso de creación de bibliotecas con dos modalidades que llegaron a Palma del Río: las bibliotecas circulantes y las bibliotecas de parques y jardines. Para esta iniciativa por la cultura y educación considerado patriotismo por la lectura, se invita a participar a ayuntamientos y maestros locales. Una generación de maestros y maestras que llegaron a Palma del Río con la esperanza de reducir el analfabetismo y aumentar los lectores y el calado popular de los libros tan variados como, conocimiento académico, atlas, geografía, historia, arte… Entre esos maestros destacar a Melchor Continente de Lara, académico correspondiente de la Real academia de Córdoba, erudito y preocupado por aumentar la lectura; Enrique de la Cueva o Tomasa Ruiz, maestros muy queridos.
          La Biblioteca Circulante de la provincia de Córdoba para maestros y alumnos de las Escuelas Nacionales de 1925 ofrecía a los docentes libros de diferentes materias que podían prestar a sus alumnos bajo su responsabilidad. Una iniciativa que repercutió positivamente en el acceso a libros impensables de encontrar o comprar. Los escasos lectores palmeños recurrían a suscripciones de libros por encargo procedentes de Córdoba o Madrid. Así hemos podido conocer como la pequeña burguesía y comerciantes pudieron adquirir la Historia General de España de Modesto Lafuente publicada a mediados del siglo XIX, que hallé en casa de los Fortea junto a algún ejemplar de Palma Ilustrada de 1774.3
"En el parque se creó la Biblioteca Jardín"
          La Biblioteca del Jardín fue otra modalidad que llegó a Palma en la década de los veinte. Esta proximidad de biblioteca se ubica en un popular jardín donde los lectores disfrutaban de la lectura al aire libre. Venía precedida del éxito de la fórmula en Madrid, Sevilla o Córdoba. El ayuntamiento de Palma del Río junto con los comprometidos maestros locales organizan el Día del Árbol donde cientos de niños plantaban árboles en el paseo del Llano de San Francisco y la Alameda adjunta que se convertirán en el Paseo Alfonso XIII y el jardín Reina Victoria. Es aquí donde se ubicó la experiencia de la Biblioteca Parque:
Un vasto parque en el que contamos también con una gran biblioteca que tiene una colección magnífica de obras, tanto de autores clásicos como contemporáneos…”4
          Efectivamente, ese esfuerzo por la lectura y aumento de oferta de libros con conocimientos enciclopédicos motivó al ayuntamiento palmeño la adquisición de la enciclopedia Espasa-Calpe. Aún se conserva tan monumental obra, con apuntes del secretario municipal, Antonio Moreno Carmona, fervoroso lector y estudioso de la historia de Palma del Río, quien reedito el libro de fray Ambrosio de Torres pero ampliado como Historia de Palma del Río.5
          En los presupuestos municipales de Palma del Río, elaborados por las corporaciones democráticas de la Segunda República, figuran partidas económicas para la adquisición de libros, periódicos, revistas, suscripciones y en el presupuesto de 1935 se especifican los presupuestos de la Biblioteca Pública Municipal. La misma se ubicó en la Casa Consistorial. En mayo de 1936 se constituye el Centro de Colaboración Pedagógica con Melchor Continente, Carmen Mejías, Teresa Sánchez, Enrique de la Cueva, Juan Budía y Bibliotecario, Julia Pintor, un dato a analizar.
          La guerra civil interrumpió este anhelo cultural y la corporación franquista usó las dependencias de la biblioteca para un funeral por un falangista muerto en el frente de batalla:
El cadáver fue depositado en la capilla ardiente levantada en la Biblioteca del Cuartel de Flechas…”6
La Biblioteca se situaba en un lateral de la planta alta del Ayuntamiento
          La Biblioteca permaneció en el ayuntamiento custodiada por el bibliotecario Vicente Sánchez, hermano del cura párroco Carlos Sánchez, junto a su hijo Vicente y más tarde, su hija Pilar Sánchez. Las obras de derribo del viejo ayuntamiento y construcción del nuevo forzaron al traslado de la biblioteca a las casas de funcionarios de la barriada de Dragados donde sobrevivió hasta 1978 cuando regresó a la nueva Casa Consistorial en las dependencias por encima de la policía local.
Actividades organizadas por la Biblioteca
Actividades realizadas en el patio de la Casa de la Juventud
Niñas y niños participaban con gran ilusión en las actividades
          En 1988 se mudó a su destino actual, la Casa de la Cultura, calle Gracia número 15, un lugar nacido para la libertad y la cultura: Radio Palma en 1986, el Centro de Adultos, el taller de Artesanía, espacio para el Teatro, Archivo y la Biblioteca Pública Municipal de Palma del Río.

 ------------------------------------------------------------------
1 José Rodríguez Jiménez, Catecismo palmeño o recuerdos pretéritos de la ciudad de Palma del Río, Sevilla, 1955.
2 Félix Moreno Ardanuy y Manuel Serrano del Cid, Filosofía taurina, Sevilla, 1920.
3 Ambrosio de Torres y Orden, Palma Iluftrada, Sevilla, 1774.
4 AMPR., revista de feria 1928.
5 Antonio Moreno Carmona, Historia de Palma del Río, Madrid, 1963.
6 AZUL., órgano de la Falange Española de las JONS, 22 de junio de 1939.


Autor
Manuel Muñoz Rojo
Historiador


No hay comentarios:

Publicar un comentario